La cuaresma es tiempo de revisión e introspección y nos permite de forma cíclica volver a los orígenes, recuperar la esencia de lo que somos en Dios y reformularnos de nuevo como personas. Solo desde este trabajo primero es posible recrear la vida en nuestro interior y compartirla con otros. La experiencia artística y la experiencia religiosa tienen en común la búsqueda de la profundidad de las cosas, en nosotras mismas y en la realidad que nos rodea. A través de algunas experiencias artísticas nos adentraremos en nuestra profundidad interior, refrescándola y recreando nuestra relación con el Dios siempre sobreabundante. La recreación de la intimidad con Dios tiene efectos expansivos en la vida que nos rodea pues nos hace, como imagen de Dios, sobreabundantes y creativas. Este retiro puede ser una oportunidad para ello.
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