Crónica de las Jornadas de la ATE

Reunidas 110 mujeres en torno a la teología, asomadas desde la mística y la política hacia la realidad comenzamos las Jornadas ATE 2015.

El ambiente fue acogedor y agradecimos el clima favorecido por la junta, así como todo el trabajo de preparación y detalles. Como siempre nos acompañó el stand de la editorial Verbo Divino y pudimos adquirir las novedades que sobre teología feminista habían aparecido.

Imagino que estaréis esperando algo del contenido. La primera ponencia fue impartida por María del Mar Graña Cid que nos hizo mirar hacia Juana de la Cruz, visionaria, mística y predicadora en la Castilla del siglo XVI favorecida por el Cardenal Cisneros. Esto le permitió ser párroca y podía escoger al sacerdote para su parroquia. Los temas que ella predica son la feminidad de Dios, la dimensión maternal del Buen Pastor, Jesús, criticando al clero de la época. Jesús por la encarnación en una mujer inmaculada ha tomado carne. Cristo ha tomado carne de mujer. Predica la feminidad de Dios como otras místicas por lo que hace pensar en un conocimiento mutuo o una coincidencia latente. La mujer no es incapaz de significar a Dios.

La segunda charla fue impartida por Giselle Gómez: Teresa de Jesús entre obediencia y transgresión. Esta mística es de singularidad subversiva. Utiliza la retórica de la humildad, incertidumbre y auto depreciación para decir lo que quiere decir y entiende que esto es así para que sobreviva la sabiduría que recibe en sus ratos con el Señor y saltar la censura que la vigilaba. Así entreteje la obediencia a Dios.

Fernanda Villanueva nos abrió la tarde con Creerme vosotras, y no os engañe nadie. Miramos de nuevo a Teresa de Jesús que nos ayuda a superar dualismos, propios del pensamiento patriarcal, e introducirnos en una dimensión mas integrada de la realidad.

Y cerrando la tarde Silvia Bara Bancel nos acercó a las beguinas. Estas mujeres que se reúnen en las incipientes ciudades para vivir una vida evangélica. Cuidan enfermos, viven pobremente siendo laicas y ganándose la vida con algún oficio, y en algunos casos mendigando. Ellas deciden quién les va a formar y pagan estos servicios, tuvieron problemas con los gremios, leen y comentan la escritura, tienen como modelo a las discípulas de Jesús, Marta y María. Con el Concilio de Viena de 1311-12 comienza la desaparición de estos grupos en muchos lugares con mucha violencia.

La mañana del domingo nos la abrió Mariola López Villanueva. Y de su mano pudimos ver a Madeleine Delbrel, mistagoga de lo cotidiano, mujer del siglo XX. Seguir esa tradición que hemos visto en las mujeres anteriores que nos descubren cómo horadar lo cotidiano, es lo que subrayó Mariola en Madeleine. Es una mujer que se sitúa en los límites y encuentra modos nueva de orar en la ciudad. Perforar el aquí y ahora, el ego es el que lleva el ruido. Si Dios está conmigo, ¿cómo es su yo estoy en otra parte? Encarnar el amor en lo concreto.

Después fue el turno de Juan de Dios Martín Velasco con Fenomenología de la experiencia mística. Lo experienciado por el sujeto místico es el Misterio, su Presencia. De aquí su dificultad para poder pone palabra y recurrir al símbolo. Se acoge la Presencia su hace ser al propio sujeto. Y esto es a través de la ojos de la fe. Es decir, es un acto teologal que se puede hacer experiencia. Si actúas divinamente, estas haciendo la experiencia de Dios creyentemente. Hay una dimensión holistica: vivir la vida cotidiana acogiendo la Transcendencia.

Carmen Bernabé, presidenta del ATE, clausuro las jornadas. De místicas, brujas y feministas cristianas: la experiencia de Dios que implica y complica nos llevó a repasar lo escuchado pues retomar nuestra genealogía nos hace ver que la tenemos, que han sufrido y sobrevivido, que somos continuadoras para gestar nuevas formas de pensamiento sobre Dios resumiendo como nos enseñan ellas. Pues hay que ser mujer para recibir Dios.

Muchas más cosas pasaron que nos enriquecieron: café teológico, seminario profético y de lenguajes... Todo para seguir animándonos en nuestro quehacer teológico. Nos enriquecimos y con la tarea de seguir ahondando.